tener en cuenta los códigos establecidos.
Maneja las tropas como si fueran una sola persona. Empléalas en tareas
reales, pero no les hables. Motívalas con recompensas, pero no les comentes
los perjuicios posibles.
Emplea a tus soldados sólo en combatir, sin comunicarles tu estrategia.
Déjales conocer los beneficios que les esperan, pero no les hables de los
daños potenciales. Si la verdad se filtra, tu estrategia puede hundirse. Si
los soldados empiezan a preocuparse, se volverán vacilantes y temerosos.
Colócalos en una situación de posible exterminio, y entonces lucharán para
vivir. Ponles en peligro de muerte, y entonces sobrevivirán. Cuando las
tropas afrontan peligros, son capaces de luchar para obtener la victoria.
Así pues, la tarea de una operación militar es fingir acomodarse a las
intenciones del enemigo. Si te concentras totalmente en éste, puedes matar a
su general aunque estés a kilómetros de distancia. A esto se llama cumplir
el objetivo con pericia.
Al principio te acomodas a sus intenciones, después matas a sus generales:
ésta es la pericia en el cumplimiento del objetivo.
Así, el día en que se declara la guerra, se cierran las fronteras, se rompen
los salvoconductos y se impide el paso de emisarios.
Los asuntos se deciden rigurosamente desde que se comienza a planificar y
establecer la estrategia desde la casa |
o cuartel general. El rigor en los cuarteles generales en la fase de
planificación se refiere al mantenimiento del secreto.Cuando el enemigo
ofrece oportunidades, aprovéchalas inmediatamente.
Entérate primero de lo que pretende, y después anticípate a él. Mantén la
disciplina y adáptate al enemigo, para determinar el resultado de la guerra.
Así, al principio eres como una doncella y el enemigo abren sus puertas;
entonces, tú eres como una liebre suelta, y el enemigo no podrá expulsarte.
CAPITULO XII
Sobre el arte de atacar por el fuego
Existen cinco clases de ataques mediante el fuego: quemar a las personas,
quemar los suministros, quemar el equipo, quemar los almacenes y quemar las
armas.
El uso del fuego tiene que tener una base, y exige ciertos medios. Existen
momentos adecuados para encender fuegos, concretamente cuando el tiempo es
seco y ventoso.
Normalmente, en ataques mediante el fuego es imprescindible seguir los
cambios producidos por éste. Cuando el fuego está dentro del campamento
enemigo, prepárate rápidamente desde fuera. Si los soldados se mantienen en
calma cuando el fuego se ha declarado, espera y no ataques. Cuando el fuego
alcance su punto álgido, síguelo, si puedes; si no, espera.
En general, el fuego se utiliza para sembrar la confusión en el enemigo y
así poder atacarle. |
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