Es rápida como el viento en el sentido que llega sin avisar y desaparece
como el relámpago. Es como un bosque porque tiene un orden. Es voraz como el
fuego que devasta una planicie sin dejar tras sí ni una brizna de hierba. Es
inmóvil como una montaña cuando se acuartela.
Es tan difícil de conocer como la oscuridad; su movimiento es como un trueno
que retumba.
Para ocupar un lugar, divide a tus tropas. Para expandir tu territorio,
divide los beneficios.
La regla general de las operaciones militares es desproveer de alimentos al
enemigo todo lo que se pueda. Sin embargo, en localidades donde la gente no
tiene mucho, es necesario dividir a las tropas en grupos más pequeños para
que puedan tomar en diversas partes lo que necesitan, ya que sólo así
tendrán suficiente.
En cuanto a dividir el botín, significa que es necesario repartirlo entre
las tropas para guardar lo que ha sido ganado, no dejando que el enemigo lo
recupere.
Actúa después de haber hecho una estimación. Gana el que conoce primero la
medida de lo que está lejos y lo que está cerca: ésta es la regla general de
la lucha armada.
El primero que hace el movimiento es el “invitado”, el último es el
“anfitrión”. El “invitado” lo tiene difícil, el “anfitrión lo tiene fácil”.
Cerca y lejos significan desplazamiento: el cansancio, el hambre y el frío
surgen del desplazamiento. |
Un antiguo libro que trata de asuntos militares dice: “Las palabras no son
escuchadas, par eso se hacen los símbolos y los tambores. Las banderas y los
estandartes se hacen a causa de la ausencia de visibilidad.” Símbolos,
tambores, banderas y estandartes se utilizan para concentrar y unificar los
oídos y los ojos de los soldados. Una vez que están unificados, el valiente
no puede actuar solo, ni el tímido puede retirarse solo: ésta es la regla
general del empleo de un grupo.
Unificar los oídos y los ojos de los soldados significa hacer que miren y
escuchen al unísono de manera que no caigan en la confusión y el desorden.
Las señales se utilizan para indicar direcciones e impedir que los
individuos vayan a donde se les antoje.
Así pues, en batallas nocturnas, utiliza fuegos y tambores, y en batallas
diurnas sírvete de banderas y estandartes, para manipular los oídos y los
ojos de los soldados.
Utiliza muchas señales para confundir las percepciones del enemigo y hacerle
temer tu temible poder militar.
De esta forma, haces desaparecer la energía de sus ejércitos y desmoralizas
a sus generales.
En primer lugar, has de ser capaz de mantenerte firme en tu propio corazón;
sólo entonces puedes desmoralizar a los generales enemigos. Por esto, la
tradición afirma que los habitantes de otros tiempos tenían la firmeza para
desmoralizar, y la antigua ley de los que conducían carros de |
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