en abundancia, cuando uno las ha considerado bien, fuera posible concluir:
«No tiene dónde evacuar.»
13. Estoy compuesto de una causa formal y de materia. Ninguna de ellas
pasará a la nada igual que no vinieron de la nada. Así pues, a cualquiera de
las partes de las que estoy compuesto se le asignará, por transformación,
cualquier otra parte en cualquier lugar del universo; a su vez se
transformará en otra, ésta en otra, y así hasta el infinito. Gracias a una
transformación semejante he nacido yo, y también mis padres, y así podríamos
remontarnos hasta otro infinito. No hay motivo para no hablar así, aunque el
universo se gobierne por periodos finitos.
14. La razón y el método de la razón son capacidades que se bastan a sí
mismas y a sus propias operaciones. Tienen un punto de partida propio y
caminan recto a la meta propuesta. Por eso, los actos racionales se
denominan «acciones rectas» pues con este nombre se indica la rectitud de la
vía.
15. Nadie debe apreciar ninguna cosa que no corresponda al hombre en tanto
que hombre. No son requisitos del hombre, la naturaleza del hombre no
anuncia ninguna de ellas, ni son perfecciones de ella. En ninguna de estas
cosas está el fin del hombre, ni lo que completa su fin: el bien. Todavía
más, si alguna de estas cosas le correspondiera, no sería atributo suyo el
despreciarlas o sublevarse contra ellas. Tampoco sería alabado el hombre que
pretendiera no tener necesidad de ellas, ni sería considerado hombre
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de bien el que tomara de ellas menos de lo que pudiera, en el caso de que
realmente fueran bienes. Ahora bien, cuanto más se desprende un hombre de
una o varias de ellas, o cuanto mejor soporta ser despojado, más hombre de
bien es.
16. Tu inteligencia será lo que la hagan tus ideas, pues el alma se impregna
de las ideas. Impregna, pues, la tuya con ideas como éstas: allí donde es
posible vivir, es posible vivir bien. Si uno puede vivir en la corte,
entonces también allí puede vivir bien. Todavía más: cada ser es conducido
al fin por el que fue formado.
17. Sólo los locos persiguen lo imposible. Imposible es que los malos no
cometan maldades.
18. Nada ocurre a nadie que no pueda soportarlo por naturaleza. Lo mismo que
acontece a uno, le ocurre a otro que permanece firme e incólume porque
desconoce lo que le pasa o por hacer gala de un gran espíritu. Terrible es
que la ignorancia y la presunción puedan más que la sabiduría.
19. Las cosas, por sí solas, no tienen el más mínimo contacto con el alma;
no pueden alcanzarla, modificarla ni ponerla en movimiento. A sí misma se
modifica y ella sola se mueve, y hace que las cosas a ella sometidas se
parezcan a los juicios que estima dignos de ella misma.
20. En el sentido de que debemos hacer el bien a los hombres y soportarlos,
el hombre es lo más ligado a nosotros. Pero en el sentido de que algunos
puedan
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