La naturaleza humana funciona bajo niveles de entendimiento con relación a su discernimiento sobre la esencia del universo. Y esto hace que la gran mayoría viva bajo un estado de desconocimiento sobre el verdadero sentido del universo. Es aquí donde nace la dependencia hacia un intangible. Pero a su vez hay una minoría que por razones de evolución digieren la esencia del universo y superan su condición humana alcanzando sitiales en el concierto mundial. Sin desligarse de las ataduras ancestrales que permanecen y manipulan su comportamiento frente a la humanidad. Al final de la línea hay los que han superado todo concepto espiritual y viven ignorando el gran conglomerado en silencio y apoyando aquellos que como Prometeo iluminan el razonamiento humano.
El sufrimiento es producto de la inseguridad a la que vive el hombre cuando se enfrenta a la muerte. El enfrentamiento y la imposibilidad de superar este estado lo hacen acoger cualquier intangible con la esperanza de sobrevivir a un hecho real.
La fe es el único acicate que le da seguridad de no perder la vida, sino continuarla en otra forma después de la muerte. Pero carece de fundamento científico creer que nuestra mente o alma existe eternamente.
Muchos creen que lo que muere es el cuerpo, pero la realidad es que tanto el cuerpo como la mente o alma mueren al mismo instante.

El hombre en su constante búsqueda ha encontrado muchas formas de entenderse y a su vez ha comprendido que su vida no es sino una sola, AQUÍ y AHORA; por lo tanto, su vida va