47 Desgraciados sean aquellos, que sabiendo el camino,
desvían a los inocentes de él, pues ellos vivirán arrastrándose cada día.
48 Bendito seas tu, tu conciencia y buen juicio, pues tus
compañeros en este camino formarán una misma energía.
49 Santifica cada día de tu vida llegando más cerca a ti,
pues bendiciéndote llenarás de satisfacción a todos aquellos que te
rodean. Porque ellos recibirán el mismo beneficio.
50 Benditos sean tantas veces aquellos que guardan
en su
mente y en su corazón estos principios, pues de ellos será la vida en
plenitud. |
III
A LAS PUERTAS DE LA ETERNIDAD
Si analizamos las raíces
sociales de la religión, las causas que motivaron su existencia, podemos
determinar las circunstancias e influencias de tipo mágico que dieron lugar
a su entronización en la vida cotidiana de la humanidad.
El hombre al verse enfrentado al sufrimiento, a la soledad, y la impotencia
de no poder resolver los misterios del universo, crea en su intelecto la
idea de algo que le pueda resolver esos enigmas nacidos de sus nuevas
experiencias. Si hablamos de este pensar del hombre, es porque bajo esta
condición ha vivido desde que se descubre así mismo y la existía del
universo.
Cuando el ser humano descubre el razonar, se va apartando de la idea mítica
y religiosa y comienza a elaborar un razonamiento bajo la observación de así
mismo, de la naturaleza y del universo que lo rodea. Estos nuevos conceptos
los va planteando bajo su razonar científico, y los organiza en su
intelecto, grabándolos es en su memoria genética para no perder el rastro de
lo conocido. Con este descubrir la mecánica del universo establece sus
propios parámetros y da rienda suelta a su imaginación hacia los nuevos
descubrimientos. Pero la mayoría que carece de esta habilidad de razonar, se
ve obligada a continuar aceptando las ideas religiosas, para poder convivir
en ese mundo lleno de misterios que no puede resolver bajo su razonar.
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