detengas en un terreno ligero, no ataques en un terreno clave (ocupado
por el enemigo), no dejes que tus tropas sean divididas en un terreno de
comunicación. En terrenos de intersección, establece comunicaciones; en
terrenos difíciles, entra aprovisionado; en terrenos desfavorables, continúa
marchando; en terrenos cercados, haz planes; en terrenos mortales, lucha.
En un terreno de dispersión, los soldados pueden huir. Un terreno ligero es
cuando los soldados han penetrado en territorio enemigo, pero todavía no
tienen las espaldas cubiertas: por eso, sus mentes no están realmente
concentradas y no están listos para la batalla. No es ventajoso atacar al
enemigo en un terreno clave; lo que es ventajoso es llegar el primero a él.
No debe permitirse que quede aislado el terreno de comunicación, para poder
servirse de las rutas de suministros. En terrenos de intersección, estarás a
salvo si estableces alianzas; si las pierdes, te encontrarás en peligro. En
terrenos difíciles, entrar aprovisionado significa reunir todo lo necesario
para estar allí mucho tiempo. En terrenos desfavorables, ya que no puedes
atrincherarte en ello, debes apresurarte a salir. En terrenos cercados,
introduce tácticas sorpresivas.
Si las tropas caen en un terreno mortal, todo el mundo luchará de manera
espontánea. Por esto se dice: “Sitúa a las tropas en un terreno mortal y
sobrevivirán.”
Los que eran antes considerados como expertos en el arte de la guerra eran
capaces de hacer que el enemigo perdiera contacto entre su vanguardia y su
retaguardia, la confianza entre las grandes y las pequeñas unidades, el
interés |
recíproco par el bienestar de los diferentes rangos, el apoyo mutuo entre
gobernantes y gobernados, el alistamiento de soldados y la coherencia de sus
ejércitos. Estos expertos entraban en acción cuando les era ventajoso, y se
retenían en caso contrario.
Introducían cambios para confundir al enemigo, atacándolos aquí y allá,
aterrorizándolos y sembrando en ellos la confusión, de tal manera que no les
daban tiempo para hacer planes.
Se podría preguntar cómo enfrentarse a fuerzas enemigas numerosas y bien
organizadas que se dirigen hacia ti. La respuesta es quitarles en primer
lugar algo que aprecien, y después te escucharán.
La rapidez de acción es el factor esencial de la condición de la fuerza
militar, aprovechándose de los errores de los adversarios, desplazándose por
caminos que no esperan y atacando cuando no están en guardia.
Esto significa que para aprovecharse de la falta de preparación, de visión y
de cautela de los adversarios, es necesario actuar con rapidez, y que si
dudas, esos errores no te servirán de nada.
En una invasión, por regla general, cuanto más se adentran los invasores en
el territorio ajeno, más fuertes se hacen, hasta el punto de que el gobierno
nativo no puede ya expulsarlos.
Escoge campos fértiles, y las tropas tendrán suficiente para
|
 |