9
El no aceptar apresuradamente una creencia o dogma, es ser prudente e
inteligente, pues disponerse a creer y aceptar un principio moral o
dogmático es carecer de sabiduría y prudencia.
10
El deber principal de una nueva concepción filosófica, es enseñar a
determinar la verdad y su libertad, y a dirigirla hacia el bienestar humano.
Rechazando las costumbres muertas que impiden la expresión saludable;
aquellas teorías e ideas que pudieron haber significado vida, esperanza y
libertad para nuestros antepasados, es posible que ahora representen para
nosotros destrucción y esclavitud.
11
En el fluir de la corriente de lo eterno, nada se mantiene estable, todo
regresa al principio de la existencia.
12
Por lo tanto, cada vez que una mentira se haya entronizado, destrúyala sin
prejuicio alguno, pues ella es la causa de todos los males abominables que
la ignorancia acoge.
13
Liberemos a la humanidad de los sofismas establecidos, erradicándolos, pues
ellos son una de las peores amenazas míticas de la libertad humana.
14
Cada vez que quede demostrado que una pretendida “verdad” no es más que una
mentira, rechacémosla sin ningún aspaviento hacia la oscuridad de la
ignorancia y que caiga entre los mitos |
muertos, las filosofías muertas y todas las guerras inútiles que el hombre
ha desencadenado en su evolución.
15
La más peligrosa de todas las mentiras entronizadas, es la mentira santa,
santificada, privilegiada; la mentira que todo el mundo toma como un modelo
de verdad. Es ella la madre nutricia de todas las mentiras y de todos los
errores populares. Ella es la fuente de lo irracional, ella es la desgracia
de la humanidad.
16
Aquella mentira que se nos muestra como mentira, es más fácil de erradicar;
pero aquella que incluso las personas inteligentes la aceptan como un hecho
verdadero, la mentira que se ha inculcada al niño cuando aún reposaba en el
regazo de su madre, esa mentira es más peligrosa que todas las mentiras,
pues ella está enraizada en los más profundo de la conciencia humana. Por lo
tanto es más insidiosa y difícil de erradicar.
17
Las mentiras religiosas siempre han sido enemigas de la libertad personal y
sólo hay una forma de hacerles frente; erradicándolas de la conciencia
humana con una verdad objetiva y real.
18
“Amaos los unos a los otros “, se nos ha enseñado como ley suprema. ¿Pero
qué poder divino lo ha hecho así? ¿Sobre qué autoridad racional reposa este
evangelio del amor? ¿Por qué no debería
|
 |