obra de acuerdo con el bien común y, ¡por Zeus! querer que su vecino también
se dé cuenta.» Lo que dices es cierto, pero tuerces el verdadero sentido
siendo como los que he mencionado, que se dejan engañar con argumentos
aparentemente 1ógicos.
Intenta comprender el verdadero sentido de mis palabras y no temas que por
ello vayas a dejar de hacer algo bueno para la sociedad.
7. Súplica de los atenienses: «Zeus amado, envíanos lluvia, envíanos lluvia
a nuestros campos y cultivos.» O no se reza, o se hace de esta manera,
sencilla y francamente.
En el mismo sentido que decimos: «Asclepio ordenó a éste equitación, baños
de agua fría, o caminar descalzo», decimos también: «La naturaleza universal
le ha ordenado una enfermedad, una mutilación, una pérdida, o alguna otra
cosa semejante.» Pues en el primer caso, «ordenó» significa: «le mandó esto
como apropiado para su salud», y en el segundo caso, «ordenó» significa que
«le ha mandado esto como apropiado de alguna manera a su destino». Así,
decimos que los acontecimientos nos convienen, igual que los albañiles dicen
que las piedras cuadrangulares encajan unas con otras, en los muros o
pirámides, según determinada combinación. Porque, en definitiva, no hay más
que una sola armonía, y del mismo modo que un cuerpo como el mundo se
completa con todos los cuerpos, una causa como el destino se
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completa con todas las causas. Hasta los más ignorantes entienden lo que
quiero decir, pues dicen: «esto le traía el destino», por consiguiente, esto
le era traído y esto le era ordenado. Aceptémoslo, pues, como prescripciones
de Asclepio. Muchas de ellas son duras, pero las aceptamos con la esperanza
de sanar. Considera del mismo modo lo que decide y hace la naturaleza común.
Acoge todo lo que acontece, aunque te parezca duro, porque conduce a la
salud del mundo, a la prosperidad y bienestar de Zeus. Todo lo que acontece
a cada uno beneficia al conjunto, y todo lo que produce la naturaleza se
adapta al ser que la gobierna. Así pues, hay dos razones para que estés
contento con lo que te ocurra: una, porque ocurre por ti, para ti fue
ordenado, y, de alguna manera, estaba relacionado contigo desde arriba, en
una cadena de causas muy antiguas; la segunda, porque lo que ocurre a cada
cual condiciona la prosperidad, perfeccionamiento y existencia misma del que
gobierna el todo. Pues el todo queda mutilado si cortas cualquier conexión o
encadenamiento, sea de sus partes o de sus causas. Y esto ocurre, en lo que
de ti depende, cuando muestras disgusto por los acontecimientos o los
destruyes de algún modo.
9. No te enfades, abandones, ni pierdas la paciencia, si a menudo no
consigues actuar de acuerdo con principios rectos. Más bien, después de un
fracaso, vuelve a intentarlo de nuevo y alégrate si la mayor parte de tus
acciones son dignas de un ser humano. Ama aquello a lo que vuelves otra vez,
y no regreses
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