|
Tratados morales
Séneca
Libro segundo: De la vida bienaventurada
A Galión
Capítulo
I
Todos, oh hermano Galión, desean vivir bienaventuradamente; pero andan a
ciegas en el conocimiento de aquello que hace bienaventurada la vida; y en
tanto grado no es fácil el llegar a conocer cuál lo sea, que al que más
apresuradamente caminare, desviándose de la verdadera senda y siguiendo la
contraria, le vendrá a ser su misma diligencia causa de mayor apartamiento.
Ante todas cosas, pues, hemos de proponer cuál es la que apetecemos,
después mirar por qué medios podremos llegar con mayor presteza a
conseguirla, haciendo reflexión en el mismo camino, si fuere derecho, de lo
que cada día nos vamos adelantando, y cuánto nos alejamos de aquello a que
nos impele nuestro natural apetito. Todo el tiempo que andamos vagando, sin
llevar otra guía más que el estruendo y vocería de los distraídos que nos
llama a diversas acciones, se consume entre errores nuestra vida, que es
breve, cuando de día y de noche se ocupa en buenas obras. Determinemos,
pues, a dónde y por dónde hemos de caminar, y no vamos sin adalid que tenga
noticia de la parte a que se encamina nuestro viaje: porque en esta
peregrinación no sucede lo que
|
 |