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Hay un invierno pestilente
que no me deja caminar
Gris
Cielo gris
Oscuro como las entrañas de mi amada
que se ha detenido a mirar
como caen
Gota a gota el agua
sobre su falda lino y se escurren
entre sus piernas
Este invierno pestilente
que no me deja caminar
mordaza invisible
opresora de mis días
Se me dio todo en primavera
como quien se cubre de ilusiones
Me tomaste con tus manos
y me dejaste escapar en otoño
Este invierno pestilente
no me deja caminar
Hoy sólo me ha quedado
un vacío de tantos años
Pero doy gracias
que ya todo se ha ido
Déjame decirte adiós
cuando te miro a los ojos
en este irme para siempre
sin retorno
Déjame tocar la punta de tus dedos
con mi mano extendida
como un adiós frente al sepulcro
sin una lágrima
ni un gemido atorado en la garganta
Un simple adiós
que despelleja
dejando los músculos sin piel
en medio de una ventisca invernal
Déjame decirte adiós
cuando el tren se aleja
llevándome tu último suspiro
y votando mis recuerdos al olvido
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