EL
EL
moría en el ocaso
resucitaba en el alba
vivía en una azotea
con sus libros viejos
ratones disecados
murciélagos en el techo
EL
se sucedía como una rana
subía lentamente las gradas para llegar al techo
descansaba tomando té
afeitándose
leyendo
mirándose en el espejo
en las noches lúgubres se sentía triste
se entretenía acariciando su gato negro
mirando un ángulo del cielo raso
cuarto
ventana
puerta
esperando al portero
para asesinarlo
así romper su mutismo y monotonía
EL
amaba cada paso
cada flor
cada instante
cada voz |
EL
se marchaba caminando sólo
se perdía en la oscuridad como un fantasma
EL
escribió su epitafio
después del eclipse
predijo su muerte antes del ocaso
EL
no sufría
no estaba con los hombres
nunca supo nada
y murió entre los hombres |
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