Tras las huellas del hombre infinito
 

              

 

 

 

UNA VIDA TRAS LAS HUELLAS DEL HOMBRE INFINITO

 

Por Héctor Elías Franco

 

Estaba en New York hacia varias semanas cubriendo las noticias del atentado del 11 de septiembre, aunque ésta no es mi especialidad, se me había encomendado venir y escribir mis impresiones sobre lo que había sucedido.

 

Del bajo Manhattan donde estaban las torres al East Village es relativamente cerca. Siempre me ha fascinado la historia de New York y sobre todo la que se ha desarrollado en el Lower East Side en los últimos cien años. En este distrito viven los artistas, poetas y escritores. Allí nació el teatro neoyorquino, que luego se trasladó y se convirtió en el teatro de Broadway. Una tarde, un poco fría me fui a visitar a varios amigos escritores y artistas que viven en el East Village.

 

Quería sentir esa atmósfera que sólo se siente cuando se esta en entre artistas. Sobre la avenida C y la calle tercera esta el “Umbrella House”, un edificio que se tomaron los artistas e hicieron de él su residencia. Esa tarde, allí en el edificio, me encontré con varios amigos en el apartamento de Ricardo León Peña, un poeta y comentarista de música para uno de los periódicos hispamos más importantes de New York. Entre los amigos que estaban aquella tarde se encontraba Zahur Klemath Zapata. Para mi fue de mucho agrado verlo nuevamente. Siempre que hablaba con Zahur me quedaba horas conversando sobre una variedad de temas que hacían que el tiempo se esfumara. Entre la conversación fui haciéndole preguntas que posteriormente utilizaría para este reportaje.

 

A Zahur lo conocí accidentalmente en una reunión de poetas en Bogotá, en la VIII feria Internacional del Libro. Allí había ido él a presentar el Digital Book, el libro digital, su creación. Desde que lo conocí entable una amistad que se ha prolongado por años. Desde ese entonces comencé a sentir mucho interés en lo que escribía y pensaba. Me di a la tarea de leer y recopilar sus escritos y conocer más a fondo su mundo. Leí su primer libro de poemas y los posteriores, así me fui acercando a su obra filosófica. Sobre ella he leído gran parte, aunque esta casi inédita. Gracias a Internet se pueden leer sus artículos y ensayos. Siempre que oía hablar de Zahur Klemath, me quedaba la sensación de un cierto aire de misterio, por lo que se decía de él. Lo relacionaban con la magia negra o blanca. Esto lo hacia más misterioso y enigmático frente al resto de la gente. También se hablaba de sus posiciones políticas, que generalmente iban en contravía de lo que el común de la gente pensaba. Como se dice aquí en Estados Unidos, políticamente incorrecto. Pero a mi entender sus posiciones dieron pie a que otra gente pudiese enfrentarse abiertamente al sistema, como pasó en Colombia con el apoyo a los homosexuales. Así que era muy difícil estar a medio camino con sus pensamientos o posiciones.

 

Como dije antes, de Zahur había leído los libros de poemas, “De la nada al Infinito”; “Una temporada en mis recuerdos”;  “El amor llega con las estaciones” y “Navegante Solitario”, éste último inédito, además su primer libro de filosofía “AZU el hombre infinito” que posteriormente se llamó “Filosofía para el tercer milenio”. Por amigos cercanos a él había podido recoger una serie de trabajos filosóficos que me fueron dando una idea más precisa sobre su pensamiento. Entre los trabajos recogidos hay uno que me parece importante, por su contenido, “Hacia la razón premonitoria”. A su vez es el titulo del libro.

 

Al ahondar en su vida, me encontré con un ser multifacético. Por la variedad de cosas que hace al mismo tiempo. Hablar de ese mundo desviaría mi propósito y se perdería el sentido de este reportaje, se convertiría mas en una biografía. En el apartamento de Ricardo León acordamos que lo visitaría para entrevistarlo y hacer el reportaje. Días después de este encuentro me fui a visitarlo. Ya en su apartamento de Lower East Side, donde él reside, me sentí cómodamente e informal. Él se puso hacer café mientras hablamos y yo miraba al alrededor del apartamento. Había muchos libros, cosa normal, sobre su escritorio tenía dos computadores y en la pared del frente y la del costado derecho había en cada una colgada una cartelera llenas de papeles con notas y avisos de lo que debía hacer. Me apetecía conocer más sobre su entorno y así llegar a descubrir ese mundo real que sólo él podía sentir y definir.

 

Cuando uno mira a Zahur le da la impresión de ser distante, muy dentro de sí y tranquilo, como si nada le importara. Su complexión lo hace ver fuerte y terráqueo aunque se siente ese aire que sólo los artistas lo exhalan, su particularidad. 

 

Héctor Elías F: Desde que comencé  a leer su primer libro de poemas que publicó en New York en 1973, me encontré con la palabra AZU. Así se llamó también la revista de poesía que publicó por los años sesenta. ¿Por qué AZU? ¿O que quería decir en ese entonces?

 

Zahur: AZU nace como una respuesta a mis interrogantes sobre la existencia del hombre sobre la faz del universo. Cuando me desprendo del tutelaje místico y me encuentro solo en medio de esta inmensidad cósmica. Casi desamparado y con la responsabilidad de existir a como de lugar. Y miro a mí alrededor, me encuentro que el hombre a creado una serie de  ilusiones para poder soportar la carga del misterio de la muerte, es cuando descubro la salida a esa angustia existencial que el hombre tiene y la llamo AZU el hombre infinito.

 

AZU es el hombre mismo, el hombre de la tierra que ha evolucionado y que seguirá evolucionando infinitamente hasta llegar un día a convertirse en energía inteligente. Somos demasiado humanos y primitivos, para poder aceptar que nosotros somos esa entidad suprema que esta evolucionando y que a la vez es tan delicada y perversa.

 

Ramón Elías: No cree que lo que dice va en contravía de los preceptos religiosos que se nos ha enseñado.

 

Zahur: Cada idea que no se ajuste a la fe o a un precepto dogmático siempre irá en contra de lo que ya esta establecido. Las religiones han sido las muletas de los inocentes y para los que son muletas, ellas han sido su caudal de poder. Es un mal que el hombre no ha elegido sino que se le ha impuesto y ha tenido que callar porque no tenía respuesta a los misterios. Hoy, cuando la información avanza de extremo a extremo y se van develando los misterios de la vida y el universo, se vuelve más difícil engañar a los inocentes.

 

Héctor Elías F: En sus poemas, sobre todo  en el librito, “De la nada al infinito”, perdone lo de librito, lo que pasa es que es un poemario de sólo 40 páginas. En él se refleja una poesía que podría yo decir premonitoria por la forma en que habla y canta. Estos poemas fueron escritos en su juventud, en los años sesenta, cuando la poesía estaba impregnada del surrealismo, dadaístas y de las corrientes europeas. Donde en Colombia los poetas de vanguardia eran los nadaistas y Pablo Neruda y Vicente Huidobro estaban en la sima y por ese entonces aparecía Nicanor Parra con sus “Antipoemas”. Para usted no le fue difícil ingresar al  mundo de los poetas.

 

Zahur: Yo recuerdo que mis amigos de ese entonces se reían de lo que yo escribía, pero a medida que iba penetrando más dentro de los poetas, la perspectiva iba cambiando. Yo venía de una ciudad pequeña pero con mucha energía. Pereira en esos tiempos tenía una serie de personajes, más de leyenda del pasado que le habían impreso a la ciudad su propia dinámica. Y esto hizo que floreciera una nueva generación interesada en la política, la literatura y el arte. Por ese entonces, hablo del comienzo de los años sesentas, solíamos reunirnos en una cafetería, allí siempre estábamos como buenos estudiantes hablando sobre libros y autores. Era un mundo realmente intelectual, porque teníamos la pasión por lo que estábamos haciendo. Por esta cafetería, “Ballet,” desfilaron los personajes que posteriormente se convertirían en los hombres más importantes de la política nacional. Allí y en el “Parque el Lago” nos reunimos muchas veces a hablar sobre todo lo que estaba pasando en el país y el mundo. Hoy casi la totalidad de mis amigos están muertos. Fueron asesinados por el hecho de haber sido los abanderados de unos ideales políticos. En Pereira se dieron las condiciones para que salieran estos personajes. Aunque mi vida en Pereira fue por cortos periodos, siempre la he tenido como uno de los puntos de referencia mas importantes. Salí a muy temprana edad a recorrer el mundo, pero mi formación se hizo en New York porque ha sido la ciudad que me lo ha dado todo en todo tiempo. Yo soy un Neoyorquino que ama la ciudad y la vida a plenitud, sin dejar de reconocer que soy un colombiano de raíces  y que me duele todo cuanto pase allá. Esta parte es difícil de explicar porque hay tantas cosas entrelazadas unas con las otras y a la vez tan diferentes las unas de las otras que es mejor vivir sin mucho interrogarme.

 

Héctor Elías F: Sé que podríamos hablar de New York y su vida, pero eso nos ocuparía un gran espacio. Para mi en estos momentos es importante conocer su pensamiento, sobre ese otro mundo, el filosófico, el poético, y tengo entendido que tiene varias novelas escritas. Porque no hablamos sobre la razón premonitoria. Cuénteme que es la razón premonitoria. Y déjeme decirle, es la primera vez que escucho esta palabra. Antes estuve indagando en los motores de búsqueda de Internet sobre la razón premonitoria y solamente me llevaron donde usted. ¿Qué es la razón premonitoria? ¿No estaremos hablando de algo paranormal?

 

Zahur: No, de ninguna manera. Se ríe y mueve sus manos suavemente entrelazándolas y me mira. Siempre me mira a los ojos cuando me habla. 

 

Razonar es simple, más simple de lo que la gente se imagina. Lo que pasa es que esta condición ya es natural en el ser humano y el pensador lo que hace es razonar los acontecimientos de su existencia. Kant planteo en una forma muy precisa lo que sucede en el razonar del individuo, pero limito su razonar a un mundo que él sólo conocía. Vivía en otro tiempo, bajo diferentes condiciones y en un medio que no permitía ver con claridad lo que estaba pasando en el cerebro humano. Estaba a las puertas del razonamiento premonitorio, pero no pudo cruzar esa barrera porque tenía que ser parte de ese eslabón en la evolución humana. Así nosotros en otro tiempo y bajo diferentes condiciones tendríamos las puertas abiertas para cruzarla y mostrar un nuevo camino al razonar. La razón premonitoria es la capacidad de razonar en el futuro estando en el presente. Cuando se razona premonitoriamente, el razonador se deslinda del tiempo y razona en tiempo presente. Es decir, viviendo en el futuro presente y dejando que la memoria funcione como una base de datos del pasado. Todo cuanto existe tiene menoría y a su vez vida, por lo tanto razona para poder evolucionar o trasformarse.

 

Héctor Elías F: ¿No cree que todo esto es un poco complicado para el pensador normal?

 

Zahur: Si, Por su puesto,  lo que sucede  es que el individuo no esta razonando constantemente en esos estadios, pero si esta viviendo en un permanente pensar premonitorio y esto lo hace vivir enfocado hacia el futuro. Es normal que el individuo no esta consiente de éste razonar premonitorio. Él toma las cosas en la forma cotidiana y simple. Pero la gran mayoría de sus actos están manejados por este razonar. Ahora bien, cuando ya entramos en las orbitas mayores del razonamiento, donde están presentes los grados máximos de la inteligencia y esa dosis de evolución, es cuando comenzamos a pensar, luego a meditar, posteriormente a razonar y por último a navegar en el razonamiento premonitorio como le ocurría a Leonardo de Vinci, Julio Verne y al mismo Albert Einstein.

 

Héctor Elías F: Como llegó a encontrar esa puerta, como usted mismo lo dice.

 

Zahur: Las cosas se van dando, siempre he creído que el hecho de existir como entidad biológica tenemos nuestras ventajas y desventajas. Sé que somos temporales, somos como una batería, cuando nacemos estamos cargados de energía, pero al pasar los años esa carga se va esfumando, hasta quedar sólo la materia. Que a su vez comienza a trasformarse. La esencia, nuestro intelecto, el motor vital donde gravita nuestra conciencia se esfuma al igual que la información de un disco duro de una computadora. Todo esto es aterrador para el ser religioso, el místico, para el ser primitivo, pues él no concibe que su existencia vaya a desaparecer. Por eso ha creado el mito de una vida posterior a la muerte y a fundido en su memoria la imagen de un ser supremo, como quien moldea una imagen en mármol o en bronce para poder tener una representación de lo que él cree y hacerla real frente a sus ojos e imaginación.

 

Héctor Elías F: Cuando uno habla con usted, se da cuenta que puede saltar de un tópico a otro con la misma facilidad. En diferentes ocasiones he hablado con usted y cada vez que he hablado ha sido sobre diferentes temas. No sólo lo he oído hablar de filosofía sino también de ciencia y tecnología. A su vez lo escuche exponer sobre sus conceptos políticos y leer sus artículos que publican en diferentes periódicos de Estados Unidos. Cada día me sorprendo de lo multifacético de su personalidad. ¿Usted se cree un hombre del renacimiento, como suele decirse a las personas que pueden moverse con facilidad en diferentes áreas del pensamiento y la creatividad humana?

 

Zahur: Lo que creo es que soy un hombre con una naturaleza en expansión que gravita al mismo tiempo en diferentes estadios del pensar. No es que exista nada especial en mí, tengo los mismos problemas que el vecino, las mismas necesidades emocionales y afectivas que cualquier ser humano tiene. Pero siempre he pensado que la disciplina hace que los proyectos tengan éxito y que uno pueda dejar las huellas al caminar. Aunque estoy convencido, que no importa cuanto uno haga, todo regresará al final al no razonar vital de la existencia. Por eso considero importante vivir cada instante de mi vida con la mayor gratificación posible, sin causar daño a mis semejantes y sin permitir que ellos me hagan daño. Ser prudente  y dejar que el razonar premonitorio me vaya conduciendo por los senderos de una vida en armonía  con las cosas y los seres que existimos.

 

Héctor Elías F: Déjeme hacerle una pregunta más. Usted cree que estamos al borde de un cataclismo o un renacimiento humano.

 

Zahur: Que interesante la pregunta. Cuando leo la historia de la humanidad y repaso su evolución a la que estamos llegando. Es como si me sentara frente al computador y programara esa pregunta y luego diera la orden de describirme el recorrido desde el punto cero hasta volverlo a encontrar. En este recorrido pude ver la estela que hemos dejado y hacia donde nos encaminamos. Puedo sentir la existencia de otros seres en el universo, como parte de ese todo que medio conocemos. Se que no estamos solos en el universo. Que hay en diferentes lugares vida en mayor o menor evolución que nosotros. Lo que conocemos, existe hace más de quince mil millones de años y nosotros estamos dentro de esa tiempo cósmico existiendo. ¿Por qué no podría existir también otros seres allende a nuestra existencia? ¿Qué nos hace especiales? Nada, simplemente somos materia en evolución con energía pensante y que ya razonamos premonitoriamente.

 

Por esta razón no veo que vaya a ver nada extraordinario en nuestra existencia, lo que veo es que a medida que avanza la humanidad ella va encontrando nuevas salidas. Y entre más conocimiento tiene de su entorno, de sí misma, y más formación intelectual. Va estableciendo patrones de conducta que lo hacen frenar la multiplicación de la especie y a tener mayor conciencia de su responsabilidad sobre la existencia de los futuros habitantes. Lo que si esta sucediendo es que se están abriendo nuevas vías al razonar y se le esta exigiendo más a quienes pretenden gobernar el mundo.

 

Seguí hablando con Zahur por un par de horas más como si el tiempo no corriera. Entre una taza de café  y unos pastelillos llego la noche.

 

 

 

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