La razon premonitoria
 

              

 

 

LA RAZÓN PREMONITORIA

 

Abril 20-1980 

 

En la búsqueda de la razón hay un pensamiento inquieto deseoso de encontrar la respuesta a sus interrogantes. Ahora bien, para empezar este capítulo sobre la razón premonitoria, quiero presentar una serie de hechos históricos que han abierto las puertas al razonar premonitorio. Estos acontecimientos se han sucedido a posteriori del razonar. Mas este razonar se presenta en nuestra mente ajena a los hechos comunes a nuestra experiencia e intuición. Pero están ahí como parte de nuestro intelecto.

 

El pensar no nos hace razonar y el hecho de razonar no nos hace presentir los hechos por venir.

 

Razonar es un ejercicio del intelecto humano, porque viene naturalmente unido de la experiencia e intuición, mas no el razonamiento premonitorio, que es un razonamiento nacido allende de la experiencia y la intuición. Al razonar premonitoriamente estamos usando hipersentidos que no nacen de la experiencia o la intuición, sino de nuestra videncia. Cuando se razona premonitoriamente se usan los hipersentidos como fuente del conocimiento y la creatividad como base del descubrimiento. Con la ayudada de estos sentidos, descubrimos en nuestro interior el fluir de un sentimiento que se va cristalizando con el devenir del tiempo.

 

Para el razonador inexperto este sentimiento nacido de los sentidos no los toma con la seriedad que se le debe dar, pues cree que es una impresión que aflora de un hecho circunstancial. El hecho de presentir un suceso no le da la importancia y deja que el hecho se suceda para poderlo aceptar. Este razonar premonitorio casi siempre se presenta como un fluir de sentimientos en la conciencia del ente razonador como si algo fuera a suceder. Pero dentro del intelecto del pensador ya se ha formado una realidad que solo se materializa con el devenir del tiempo.

La imaginación humana tiene la capacidad de crear estados irreales, que los convierte en realidad a través de malabarismos, proyectando imágenes en una pantalla, monitor, holograma o realidad virtual, haciendo que esa visión se vea real a nuestra imaginación, más el razonar desvirtúa este hecho irreal.

 

Nuestro cerebro ha evolucionado en una sucesión de trasformaciones genéticas. Este destilar de auto-reconocer cada átomo, cada elemento, cada partícula en su funcionamiento total, ha conducido que nuestro razonar también alcance esos estadios donde la lucidez del entendimiento presente la claridad del hecho. El ente a su vez, al que pertenecemos, ha mutado también a través de milenios y ha cruzado fronteras donde la genética a cambiado los parámetros de la estructura física para acoplar lo biológico y lo mental, dar así armonía al ente físico.

La razón por si sola es empírica e intuitiva, más no premonitoria, pues para alcanzar esta condición es necesario evolucionar genéticamente y mentalmente.

 

La realidad pertenece a nuestra existencia y a la razón de ser, el razonar pertenece a nuestra cotidianidad empírica e intuitiva. Pero nuestro razonar  premonitorio, nace de los hipersentidos como una extensión de nuestra visión que descubre un hecho real antes que aparezca en medio del universo que habitamos.

 

Si analizamos la historia del pensamiento humano, encontramos que sin el razonamiento premonitorio no habríamos avanzado en el conocimiento del entendimiento, ni entendido el comportamiento de los hechos del universo. Ni tampoco el pensar humano hubiere evolucionado con el corres de los siglos.

 

Repasando la historia y mirando a Jonia en sus comienzos, y a las civilizaciones de Persia en sus albores, Fenicia, Egipto, más la griega y Latina. Vemos a Hipócrates crear la medicina, Anaximandro levantar el primer mapa estelar, Empédocles presiente la evolución de las especies, Pitágoras funda la Aritmética, Tales la Geometría y Demócrito tiene la premonición de la estructura atómica de la materia. Con todos estos conocimientos la humanidad tiene las bases para un desarrollo más integral de su condición y así alcanzar sitios donde aún no hemos llegado. Este razonar se da gracias a la libertad y a la humanización del pensamiento, saliéndose del mundo primitivo. Pero en los últimos dos milenios las fuerzas del oscurantismo retrasaron el proceso evolutivo del pensamiento y casi ganan la batalla del no razonar y del no pensar.

 

El incendio de la biblioteca de Alejandría, el proceso contra Galileo y otros tantos crímenes cometidos contra pensadores dan testimonio del conflicto permanente, que ha existido entre las fuerzas del oscurantismo para detener la evolución del pensamiento, pero gracias a otras fuerzas, la de la luz, como Prometeo hemos podido ir ganado terreno y derrotar a los opositores que se interponen al deseo de saber para permanecer en el mundo de la ignorancia.

 

Este esfuerzo de hombres y mujeres en los últimos cien años, le ha dado a la humanidad la oportunidad de retomar las riendas de la libertad del pensamiento. Y así encontrar este inicio con la ciencia moderna y enfilar hacia un conocimiento del universo.

 

Tenemos tanto miedo al cambio como curiosidad por él. Se dice que occidente es la cuna de la libertad y el conocimiento. Estamos en uno de esos períodos en que la humanidad vacila. Valoramos las aportaciones de la ciencia y la tecnología, pues ellas nos están dando nuevas herramientas para comprender y alcanzar un mayor conocimientos del universo, las especies, el ser humano y a su vez el porqué de nuestra existencia en este complejo universo. Pero al mismo tiempo estamos buscando nuevos caminos que nos indiquen como salvarnos, ¿de quién o de qué? Para así descargar nuestra responsabilidad que creemos tener frente al destino de nuestra existencia.

 

Los nuevos oscurantistas, fundamentalistas religiosos o totalitaristas estarán dispuestos a unirse bajo una misma divisa y prohibir razonar para poder imponer sus doctrinas y mantener el control del pensamiento humano.

 

Leonardo de Vencí razonó premonitoriamente muchos elementos, los dibujó, los proyectó y quedaron guardados durante siglos para que luego la humanidad los reencontrara y pudiese hacer uso de ellos como base del conocimiento ya videnciado, Nostradamus presintió hechos y acontecimientos que relató bajo razonamiento premonitorio y los dejó para que fueran interpretados a través de los siglos, como acontecimientos repetitivos, Julio Verne raciocinó premonitoriamente hechos que le eran reales, habló de ellos con la realidad que le daba su entender. Para muchos en su tiempo era mera fantasía, tardaron décadas para que ese raciocinio se volviera real y cotidiano. No había en ellos experiencia sobre ese razonamiento, solamente un raciocinio premonitorio del que no tenían conciencia.

 

Si miramos más tempranamente, nos encontramos con Alberto Einstein con su teoría de la relatividad. Einstein pensó y razonó premonitoriamente la teoría de la relatividad, la manejó mentalmente y la expuso sin poder demostrarla, pero al comprobarse ese razonamiento abstracto y volverse real, dejó de ser teórico,  para convertirse en un razonamiento premonitorio.

 

Los seres humanos hemos evolucionado y gracias a la evolución podemos develar los misterios de la naturaleza y más aún renovarla y crear otra naturaleza dentro de la naturaleza.

 

La razón premonitoria nos da las herramientas para poder alcanzar estados donde la imaginación solo llega con su fantasía, pero el razonar premonitorio nos da la posibilidad de llegar a la realidad abstracta donde podemos videnciar la realidad que está a un paso de nuestro acontecer diario. Es una realidad virtual materializada en términos comprensibles.

 

La evolución nos ha dado mucha experiencia, nos ha mostrado una variedad de caminos con relación a la existencia y nos ha enseñado a razonar humanamente, en estados de comprensión hacia las cosas del diario acontecer. Inclusive aprendimos a razonar en los tres estados, pasado, presente y futuro con una habilidad muy sorprendente.

 

Pero el razonamiento premonitorio lo estamos desarrollando y manejando relativamente reciente en relación con la aparición del hombre sobre faz de la tierra, pues hasta ahora no existía conciencia sobre este pensamiento. El manejo que se le ha dado ha sido con cierta fantasía, con reserva, sentimientos de hechicería, creyendo que pertenece a fuerzas ocultas o condiciones paranormales y nos hemos apartado de la verdadera realidad.

 

Ahora bien, ¿por qué razonamos premonitoriamente? El ser humano ha vivido en los últimos dos mil años bajo el signo del oscurantismo y obligado a no pensar, no razonar, no debelar los misterios de la naturaleza y no contradecir los preceptos y dogmas religiosos porque atenta contra la naturaleza divina. ¿Qué naturaleza divina? Es la pregunta del razonar premonitorio. Si razonamos premonitoriamente descubriremos el porqué de la existencia de las cosas.

 

Este interrogarse es la base del razonar. A través de él descubrimos la realidad y los caminos que conducen a entender los principios y fundamentos del universo.

 

Cuando se razona premonitoriamente se llega al epicentro del conocimiento porque es allí donde se descubren la existencia del estado de las cosas y quien razona premonitoriamente trasmite hacia afuera ese conocimiento que ha hallado en ese estadio y que es permanente por que no existe tiempo sino permanencia de conciencia.

El razonar premonitorio es energía consiente que se manifiesta al presentar imágenes en la mente de hechos que solo son reales con el devenir del tiempo, que sorprende al pensador y que se comprueban a través de la intuición.

 

Las civilizaciones en su constante evolución se han encontrado con una serie de situaciones inexplicables a sus conocimientos y a su razonamiento. Al no encontrar una respuesta cognoscitiva de los fenómenos ha creado a través de los siglos doctrinas llamadas espirituales para escapar a su ignorancia y explicar como un acto de fe, hechos naturales como la muerte, que involucra al más allá, y fenómenos paranormales que le son inexplicables a su conocimiento y raciocinio, hechos estos que se han adquirido con la evolución de la especie humana y con sus constantes mutaciones. La condición de razonar premonitoriamente no se le ha dado en su totalidad.

 

El hecho de ser un humano lo condiciona y lo limita, su ambición va más allá de los límites de lo humano, él sabe por razonamiento premonitorio sus alcances y sus desventajas, por ello se abstiene, se condiciona a la realidad de su condición humana. El ser tiene más razón humana, que razonamiento premonitorio, porque ésta condición requiere mayor manejo de la energía existencial, que de la energía vital o biológica. Por eso la gran mayoría esta manipulada por aquellos que medio poseen o poseen la condición de razonar premonitoriamente.

 

El miedo nos hace presa fácil de los grandes manipuladores, porque ellos conocen las limitaciones del razonar humano y es fácil vender una idea de algo a la cual no se le puede razonar con la facilidad del instinto o del conocimiento intuitivo. La religión ha sido el más grande manipulador y el causante de la no evolución humana en los últimos dos milenios. Si repasamos la historia de la humanidad en los dos últimos milenios, vemos con que lentitud el hombre ha evolucionado y ha logrado entender la mecánica del universo.

 

Razonar no ha sido fácil en los dos últimos milenios, lo que hay, es gracias al esfuerzo de filósofos, pensadores y hombres de ciencia que se han expuesto a todo tipo de sacrificios y han logrado dejar huellas de su recorrido en el pensar humano.

 

El concepto dios acaparo el pensamiento, todo giró a su alrededor y castró la forma inteligente del ser humano de razonar. Sólo en el último siglo y bajo la tara que venían padeciendo los pensadores, Federico Nietzsche logra razonar bajo parámetro que medio lo desligan del concepto dios, pero al fin cae en la trampa de este concepto, porque aunque lo rechaza y trata de crear un superhombre y dice "dios ha muerto", esto lo hace ingresar a las filas del ateísmo y queda a merced la religión.

 

Para razonar premonitoriamente hay que estar libre de todo precepto y concepto religioso, porque este razonar va más allá del punto de partida humano, entrando en estadios donde la intuición no ha estado y no se ha tenido experiencia de ese pensamiento. El pensador debe partir de sí, desprendiéndose de preceptos y conceptos religiosos y tomando los conocimientos tecnológicos y sus desarrollos para poder razonar premonitoriamente, así poder alcanzar ese estadio donde la realidad pertenece a la realidad premonitoria.

 

El enunciado "dios no ha muerto, simplemente no ha existido", nos abre las puertas de un nuevo conocimiento sobre la materia, sobre el universo, sobre una evolución que el hombre moderno está manejando a escondidas, que busca y quiere encontrar no bajo los conceptos obscurantistas sino bajo su condición de pensador libertario, que lo más seguro, encontrará la respuesta a tantas incógnitas de la existencia humana.

 

Existir no es el problema, es descifrar el destino, nuestro destino, el destino de todos y a su vez ser responsables del destino de la humanidad frente a hechos que vamos descubriendo a través de nuestro razonar premonitorio.

 

 

 

 

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